Hablamos con la asesora canina Silvia García sobre lo que ella llama «familias multiespecie» y cómo cómo esta definición abarca más aspectos que la simple convivencia con un perro.
Cuéntanos sobre ti y lo que haces.
Me llamo Silvia García y trabajo como asesora canina desde 2010.
Mi historia es muy peculiar porque, a diferencia de mis compañeros que trabajan con perros, yo no crecí rodeada de animales ni conviví nunca con ellos… Sin embargo, mi sueño de mayor era ser veterinaria. Con el paso de los años, mis aptitudes me llevaron a estudiar Diseño Gráfico y en 2006 fue cuando adopté mi primer perro, con el que compartiría mi vida.
Unos meses después de adoptar a Simo, un hermoso Alaskan Malamute, me di cuenta de que algo en nuestra relación no estaba bien del todo. Simo se sentía muy incómodo interactuando con otros perros y yo no tenía los conocimientos necesarios para entender exactamente por qué.
Sólo muchos años después de empezar mi formación como asesora, pude entender que Simo no tenía problemas con sus compañeros, tenía problemas con el tipo de vida que llevábamos. Esta situación repercutió en su calidad de interacción social con otros perros y sus niveles de estrés le impedían relacionarse adecuadamente.
¿Cómo empezó este proceso?
Comencé a estudiar educación canina y adiestramiento en 2008 y poco a poco me fuí metiendo en este mundo. En ese momento, la oferta formativa se reducía a aprender a adiestrar perros a través de castigos y refuerzos y la convivencia se vivía desde la obediencia.
Con el paso del tiempo fui formándome hasta llegar al tipo de profesional que soy hoy; No soy adiestradora, no soy entrenadora, soy asesora canina.
Mi trabajo como asesora es el de ayudar a los humanos a entender que los perros tienen unas necesidades etológicas que son diferentes a las nuestras, y que su bienestar responde directamente en relación a cuántas de sus necesidades de especie están cubiertas.
¿Por qué es importante la relación entre humanos y perros?
Los perros son animales de grupo igual que somos los humanos. Necesitan tener un papel dentro de la estructura familiar, esto significa que deben tener una función que les defina como individuos. Los perros “son” porque tienen un rol dentro de su familia. Exactamente igual que nosotros.
Pero por otro lado, su forma de ver el mundo y de relacionarse con él no tiene nada que ver con la nuestra. El mundo humano es muy hostil para con los animales y tiene consecuencias en su estado emocional, físico y cognitivo a medio y largo plazo.
¿Cómo puede afectar a un perro el estado de ánimo de su familia?
Un perro que vive en un entorno percibido como hostil pero que tiene una relación fuerte y sana con su persona de referencia (tutor / cuidador / compañero humano) , tiene una mayor calidad de vida que un perro que vive en un entorno ideal pero que es ignorado por su familia. El aislamiento social pasa factura a perros y a humanos por igual.
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Consigue una botella 🐶¿Por qué es importante para un perro formar parte de la familia?
El estado emocional de la persona referente es algo muy importante para el perro; Si el grupo está mal, hay que preocuparse o hay que estar preparado por si sucede algo.
Las personas vivimos con un nivel de estrés tan alto, a un ritmo tan acelerado, que para un perro es muy complicado identificar cuándo realmente hay un peligro. Nuestra intensidad emocional no fluctúa entre peligro y no peligro, fluctúa entre peligro y más peligro.
Siempre tenemos cosas que hacer, problemas que resolver y sitios en los que estar y está sobrecarga emocional afecta a los perros con los que convivimos, que intentan comprender cómo estamos en cada momento para disponer de la información de cómo tienen que actuar.
Pensándolo desde el punto de vista del perro nos damos cuenta de que es agotador estar esperando continuamente a que suceda una catástrofe.
Nuestro ritmo de vida y falta de conexión con los perros les hace sentir aislados y desconectados de nosotros.
Esta falta de previsibilidad sumada a la sobre estimulación mental y sensorial de la vida en ciudad, causa estragos en la salud de los perros.
Por otro lado, hay que añadir que les exigimos demasiado continuamente, pidiéndoles una obediencia ciega y se nos olvida que los perros al igual que los humanos, viven en grupo gracias a la fuerza de la relación.
Entrenar obediencia, trucos o tirarles la pelota sin medida no crea una relación, crea animales con una alta dependencia a la dopamina.
Para crear una relación hace falta dejar de hacer cosas vacías y empezar a escuchar al individuo con el que vivimos. Los perros tienen gustos propios, toman decisiones y tienen opinión, lo complicado es comprender qué quieren decir ya que no lo dicen con palabras. Y ese es mi trabajo, facilitar la comunicación entre dos especies para abrir una puerta al entendimiento que construya una relación.
¿Cómo conoció Nordic Oil?
Conocí vuestros productos para animales a través de la página web de NordicOil porque llevaba casi 2 años consumiendo vuestro CBD para humanos. Mi calidad de vida ha mejorado desde que introduje el consumo de CBD en mi rutina diaria.
Desde hace unos meses, el aceite nórdico forma parte de la vida de Sun y Buddha, así como de algunos de los perros de las familias con las que trabajo.
¿Qué consejos darías para una relación sana entre una familia y sus perros?
Para tener una relación sana con un perro o otro animal, el primer paso es aprender sobre la especie. Debemos empezar a comprender que los humanos tenemos una visión del mundo, pero que sólo aplica a nuestra especie y que el resto de especies tiene necesidades totalmente diferentes.
En términos de calidad de vida, no es lo mismo vivir que sobrevivir, muchos animales sobreviven con nosotros pero no tienen una vida plena.
La obediencia es un concepto abstracto social y cultural humano que no aplica al resto de animales. Un perro obediente no es un perro realizado, no es un perro feliz.
Para hablar realmente de respeto animal debemos aspirar a respetar a los perros en todo su conjunto, como la especie diferente que son, dejando de lado el ego humano y nuestra necesidad de tenerlo todo bajo control.Nuestro trabajo como asesoras se basa en formar y acompañar a las familias humanas en el proceso de aprender «qué es» realmente un perro. Les formamos para que puedan convivir desde el respeto mutuo.
¿Cómo integras el CBD en tus sesiones de coaching para «familias multiespecie»?
En muchos de los casos en los que trabajo con las familias para mejorar la convivencia entre perros y humanos, nos encontramos que la relación es difícil y esto aumenta los niveles de estrés de todos los implicados. El CBD nos ayuda a que personas y perros se encuentren mejor en su día a día y eso resulte en una una mejora sustancial de la calidad de vida a largo plazo.
¿De qué manera el CDB es una herramienta valiosa para tu trabajo?
El CBD es una rama más del árbol de lo que podríamos considerar nuestro trabajo. Con cada rama llegamos a un aspecto de la vida de las familias que conviven con perros y cada una por sí sola, no puede hacer nada. Pero cuando ves todas las ramas en conjunto, ves el árbol, que es el resultado del proyecto que construimos con las familias.
Gracias, Silvia, por enseñarnos la importancia de una sana relación multiespecie.