La dosis de CBD para la ansiedad puede variar según el individuo y otros factores, como la complexión y el género. Sin embargo, recomendamos una dosis baja de 24 a 52mg al día. Si estás utilizando un aceite de CBD con una concentración del 10%, podrías tomar 6 gotas para alcanzar los 24mg, y 13 gotas para alcanzar los 52mg.
Es importante recordar que cada persona es diferente, por lo que es recomendable comenzar con una dosis baja e ir aumentando gradualmente hasta encontrar la dosis adecuada para ti. Siempre es aconsejable consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar CBD para la ansiedad.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto el CBD para la ansiedad?
El CBD se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo, lo que significa que los efectos comienzan a manifestarse en tan solo 15 a 30 minutos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona puede experimentar los efectos de manera diferente y los resultados pueden variar.
Es recomendable darle a tu cuerpo tiempo para adaptarse al CBD y encontrar la dosis y el momento adecuados para ti. Si no sientes los efectos deseados en un período de tiempo razonable, es posible que debas ajustar la dosis o consultar a un profesional de la salud para obtener orientación adicional.
¿Cuántas gotas de CBD se deben tomar al día?
La dosis diaria de CBD puede variar según tus objetivos personales, peso, género y tolerancia. Para comenzar, se recomienda una dosis de 5-10 miligramos al día. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona es única y puede requerir una dosis diferente.
También es crucial tomar CBD de forma continuada durante un período prolongado de tiempo para permitir que tu cuerpo se acostumbre a los efectos. El CBD puede actuar de manera acumulativa, por lo que es posible que los resultados no sean inmediatos. Paciencia y perseverancia son clave.
Es importante tomar decisiones informadas sobre tu salud y consultar a profesionales cualificados antes de comenzar cualquier régimen de CBD para tratar la ansiedad y la depresión. Recuerda que cada persona es única y lo que funciona para alguien puede no funcionar para otra persona. Escucha a tu cuerpo y busca el apoyo adecuado para encontrar el enfoque terapéutico que mejor se ajuste a ti.
